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¿Quién es la Oveja Negra dentro de las familias?

En nuestro mundo occidental las ovejas negras dentro de las familias son consideradas las negativas, las que traen vergüenza a la familia, las que no son bien vistas y por eso hay que esconderlas, las que traen siempre problemas. Hoy quiero cambiarte este concepto por uno completamente diferente, y así si eres la oveja negra dentro de tu familia, o hay una a la que juzgan, puedas empezar a mirarte o mirarla con otros ojos.

En los rebaños las ovejas negras son las menos deseadas porque su lana a diferencia de las blancas, no se puede teñir. Si vemos la realidad desde esta perpectiva, las ovejas negras son las auténticas dentro del rebaño porque no se las puede cambiar, son como son, auténticas.

En las familias sucede lo mismo. Las ovejas negras son las que a través de cambios, problemas, diferencias, rebeldías vienen a traer luz en las familias. Son las que deciden hacer sus propias vidas, quienes no se resignan a repetir los mismos comportamientos de sus familiares, quienes quieren tener una vida propia, quienes no tienen vergüenza de ser auténticos.

Percibo que mi hermano Allan, quien se suicidó hace más de 7 años luego de varios intentos y quien tenía TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) era la oveja negra dentro de mi familia. Allan era auténtico, hacía y decía lo que quería y vivió su vida de esta manera. Estaba rodeado de cualidades increibles y también de mounstros que le perseguían; y Allan aceptaba sin vergüenza ni secretos lo que le había tocado vivir.

En honor a Allan, a su vida y a todo lo que aprendí a partir de su muerte escribí mi libro Oveja Negra. Este libro cuenta todos los aprendizajes que tuve durante mi vida y sobre todo, cómo logré sanar y buscar lo positivo de lo negativo. El suicidio de Allan fue el evento más traumático de mi vida, pero al mismo tiempo, el que trajo más bendiciones a partir de encontrar el ¿para qué me sucedió esto a mi? A partir de esta pequeña pero gran pregunta logré descubrir que lo que me había sucedido había sido para buscar todas las metodologías que aprendí y poder compartirlas con otros. Eso hice con mi libro y hoy eso hago en mi vida a diario: acompaño a otros a sanar desde mi experiencia y desde todas las metodologías que estudié y otras que aún sigo estudiando.

Hoy te invito a ver mi Podcast Consciencia Compasiva basada en mi libro. El primer capítulo que ya está al aire es: El Suicidio donde justamente hablo sobre el suicidio de mi hermano y todo el dolor que viví y posteriormente todo el aprendizaje que conseguí a raíz de este evento tan dificil de mi vida.

Espero que te guste.

¿Por qué? O ¿Para qué?

Nos pasa a todos: tenemos un mal día, nos enfermamos, alguien a quien amamos fallece, algo negativo sucede en nuestras vidas y nos matamos preguntando en voz alta ¡por qué me pasa esto a mi! ¿por qué tengo tan mala suerte? Y a veces incluso creemos que hay alguien o algo que nos odia, que algo debimos hacer muy mal en nuestras vidas para tener tan mala suerte. Y la realidad es que no vamos a recibir ninguna respuesta porque no la hay.

La pregunta que debemos hacernos cuando algo negativo nos sucede es:

¿Para qué?
A esa si pregunta si vamos a recibir una respuesta, del lugar más sagrado y hermoso, de nuestro interior.

Cada evento negativo que sucede en tu vida tiene un para qué, un aprendizaje. Quizá no lo encuentres enseguida, tal vez cuando estés en el dolor no puedas encontrarlo, pero ten por seguro que tarde o temprano identificarás el aprendizaje. Y cuando lo hagas todo tendrá sentido y sabrás que todo lo que sucedió fue perfecto, tal cual ocurrió.

A veces pienso que me encantaría regresar a mis 20 años con la sabiduría que tengo ahora, pero luego entiendo que eso es imposible porque la sabiduría que ahora poseo es así porque viví todos aquellos momentos dolorosos que me hicieron aprender.

En mi segundo podcast te cuento una historia muy dolorosa que tuve a mis 16 años y cómo ese evento que fue muy duro me ayudó en mi vida a empezar a encontrar siempre el “para qué” de las cosas.

Te abrazo con mucho amor.

El Despertar

Todos pasamos por momentos muy duros en nuestras vidas y podemos quedarnos en el victimismo o pasar al aprendizaje. Lamentablemente los seres humanos no nos damos cuenta de que vivimos en el inconsciente, en el piloto automático…hasta que algo que percibimos que es negativo toca la puerta de nuestras vidas, y es ahí cuando despertamos.

Puede ser una enfermedad, un accidente, la muerte de alguien querido, un divorcio o separación, o cualquier momento dificil. La verdad es que cuando sucede, podemos tomar dos caminos muy distintos: el primero es quedarnos en el sufrimiento y en la victimización, pensando que siempre nos pasa algo negativo, quejándonos de nuestra mala suerte: lo segundo es pasar al aprendizaje, descubrir ¿para qué sucedió? En ese momento aceptamos que lo que sucedió fue lo perfecto para nuestras vidas, para nuestro aprendizaje y encontramos el sentido.

Puedes empezar a despertar desde hoy. Busca sentido a tu vida, descubre ¿para qué viviste los momentos dificiles? Empieza desde hoy a transformar tu existencia. Cada evento negativo que viviste fue tu aprendizaje y cada persona que percibes te hizo daño fue tu maestro. Despertar es aceptar la perfección de la vida tal como es, buscar lo aprendido y transformar todo en bendición y sabiduría.

Honrar a Padre y Madre

Has escuchado el mandamiento de honrar a padre y madre muchísimas veces. Pero ¿sabes lo que realmente significa?

Tu fuiste formado por papá y mamá. Ellos te crearon con un óvulo y un espermatozoide, en un acto de amor. No importa si estaban o no enamorados, es un acto de amor de la creación. Entonces llegaste a este mundo y llevas dentro de ti a tu padre y a tu madre.

Y claro, a veces crecemos y los rechazamos porque creemos que todo lo hacen mal. Nos volvemos tan arrogantes que nos creemos superiores, cuestionamos lo que hicieron, nos creemos mejores. Es verdad que papá y mamá se equivocaron en muchos aspectos, porque son humanos igual que tu, igual que yo. Estoy segura que no hay un solo padre o madre que haya dicho: “voy a dañar a propósito a mi hijo, voy a traumarlo todos los días de mi vida para que sea un infeliz” ¿Verdad que no? Todo lo que hicieron fue desde su inconsciente pensando que era lo mejor.

Entonces, honrar a papá y mamá es aceptar que todo lo que hicieron fue creyendo que era lo mejor para ti y que de hecho así lo fue para tu aprendizaje terrenal. Y por otro lado honrarlos es agradecer por lo bueno, lo malo y lo feo…porque cada evento que te sucedió fue lo perfecto y hoy tú y nadie más que tú eres responsable de sanar, transformar tu vida e integrar los aprendizajes.

Sanar con tu niño interior

Todos llevamos en nuestras almas a un niño interior que tiene entre 4 y 6 años de vida. Si viste la película autobiográfica de Elton John, Rocket Man, recordarás que en sus sesiones psicológicas para intentar sanar su adicción al alcohol y las drogas, Elton miraba profundamente a ese niño enfermo que sentía que fue abandonado y que sus madres no amaban. Al final de la película nos muestran que uno de los eventos más importantes para lograr su sanación fue justamente cuando Elton adulto y Elton niño se abrazaron y se unieron en comunión en un mismo ser y el adulto decidió amar y cuidar a su niño interior por siempre. Es el momento más simbólico y hermoso en la película.

¿Qué significa sanar con tu niño interior?
Es entender que cualquier reacción que tienes en estos momentos no tiene realmente nada que ver con el presente. Las emociones que estás sintiendo, las percepciones que están teniendo sobre lo que sucedió y las creencias internas que se están manifestando ya sucedieron de la misma manera en el pasado. Por lo tanto, el pasado se está volviendo presente.

¿Cómo sanas? Mirando a tu niño interior, entregándole aquello que necesitó en ese momento de vulnerabilidad. Míralo con amor y compasión.

Luego, conviértete en ese niño y siente. ¿Qué emociones tienes adentro?¿Eres feliz? ¿Estás en paz? ¿Crees que tus padres te aman? ¿Tienes miedo? ¿Estás enfadado o triste? Conviértete nuevamente en el adulto que eres actualmente y acércate a ese niño. Míralo a los ojos, siéntate junto a él, abrázalo fuerte y dile lo que sientes. Explícale que todo está bien, que va a tener una vida buena, que va a ser difícil, pero que lo va a lograr, que es normal, que tenga miedo, pero que tú lo vas a acompañar en el camino y que lo amas. Tómalo de la mano y sal junto a ese niño a recorrer el mundo, dile que estás para él siempre y que nunca lo vas a abandonar. Fúndete con tu niño interior y crea una sola persona. Desde este momento siéntelo siempre dentro de ti, no lo regañes tanto, compréndelo, acompáñalo y déjalo ser.

La Ley del Espejo

La teoría del espejo se le atribuye al psicoanalista Jacques Lacan, quien analizó la formación del «yo» en niños entre 6 y 18 meses, edad en la que son capaces de ver su imagen en el espejo y al reconocerse sienten mucha felicidad. Este aprendizaje le llevó a creer que se podía extrapolar esta identificación a las relaciones sociales que tenemos en nuestras vidas. Más adelante, el japonés Yoshinori Noguchi, experto en coaching y asesor psicológico, escribió el libro La ley del espejo.

Pero, ¿qué es la ley del espejo? Básicamente propone lo siguiente: En primer lugar, todo lo que me irrita, me molesta y quiero cambiar de la otra persona está en mí. Lo segundo, todo lo que el otro juzga o me hiere está en mí y, por lo tanto, debo trabajarlo.Lo tercero, todo lo que me gusta y amo del otro está también en mí. Por último, todo lo que el otro me critica, juzga o quiere cambiar en mí sin que me moleste está en él.

Es importante que esto no es literal. Por ejemplo, si me molesta de ti que eres desordenado, no necesariamente es porque yo soy desordenada de la misma manera. Significa que de una u otra manera el desorden está en mí. Podríamos decir que se pueden ver algunas formas para entender, ¿cómo eso que me molesta de ti, está en mí?

1-Podría ser literal el comportamiento. Ejemplo: me molesta tu desorden físico, me molesta mi desorden físico

2-Podría ser que es parecido pero no igual. Ejemplo: me molesta tu desorden físico, me molesta mi desorden emocional o mental

3-Podría ser que viene de uno de tus padres. Ejemplo: me molesta tu desorden porque uno de mis padres era desordenado y eso aún no le he sanado e integrado.

4-Podría ser que veo en ti lo contrario y me molesta porque quisiera ser un poco más como tú. Ejemplo: me molesta tu desorden porque yo soy demasiado ordenado y controlador, y quisiera darme el permiso de ser un poco más flexible.

A través de esta ley es impresionante cómo logramos conocer y encontrar lo que hay en nuestro interior. Y es hermoso entender que cuando algo nos molesta del otro no vamos a poder jamás cambiar a los otros, sino a nosotros mismos. Si tú mismo te transformas, deja enseguida de molestar y doler lo que hacen los otros.

Como decía el inventor Nikola Tesla: «Cuando comprendes que toda opinión es una visión cargada de historia personal, empezarás a entender que todo juicio es una confesión».

La Metamorfosis

Para que una mariposa pueda volar primero debe ser una oruga que se arrastra por el piso, quien debe andar despacio, con el cuidado de que otros animales la pisen o la devoren. Pasa el tiempo y entra en un proceso de metamorfosis, deja a un lado su piel, sus alas crecen y se convierte en una mariposa de muchos colores con una belleza insuperable.

Nosotros, los seres humanos, pasamos por una situación similar. Hay momentos en nuestras vidas donde debemos arrastrarnos por el piso, en los cuales percibimos que otros nos van a aplastar, en los que creemos que no lo vamos a lograr. En la vida nos suceden hechos dolorosos que no están en nuestro control. Las personas que amamos nos dejan, podemos perder un empleo, una situación que no sale como la planeamos; y a pesar de que no entremos en el victimismo y el sufrimiento, por supuesto que esto va a doler y profundamente.

Y estos dolores luego se convierten en aprendizajes y podemos soltar el dolor, soltar nuestras creencias, dejar ir a nuestro ego, soltar todo eso que ya no nos sirve y dejar que nuestras alas crezcan para convertirnos en seres humanos maravillosos, que tienen una belleza insuperable en su interior, la que se refleja con luz exterior.

¿Y tú? ¿Ya viviste tu metamorfosis?

Devolviendo lo ageno

Cargamos tantas cosas de nuestros padres y no creemos que son cargas… Creemos que son nuestras, que nos corresponden por el simple hecho de ser sus hijos. Y ¿por qué lo hacemos? Porque de pequeños decidimos hacerlo por amor. Cargamos síntomas, enfermedades, repeticiones, separaciones, creencias, culpas, secretos, vergüenzas, tristezas, miedos, ira…

En mi historia personal cargué mucho. Quería salvar a mi mamá y por eso cargaba con muchas cosas que no eran mías. Uno de los ejercicios más importantes que hice fue devolver todo lo que no era mío. Puedes tú también hacerlo. 

Piensa en todas las cargas que has llevado a lo largo de tu vida, que son de tus padres o de tus ancestros. Puedes hacer en casa un lugar especial donde puedas poner las fotografías de tus padres… Y escribe en un papel pequeño cada cosa que quieres devolver y entregarselos. Cuando hayas terminado de devolver, puedes quemar los papeles y decir una frase muy poderosa que se utiliza en constelaciones familiares. Tú por ti y yo por mí.

Recuerda que a los padres hay que honrarlos, sin embargo, una cosa es aceptarlos y agradecerles por todo lo que nos dieron, y algo muy distinto es cargar con lo ajeno. Hoy te invito a devolver todo lo que no es tuyo. Tomaste y cargaste lo que era ajeno por amor… Hoy devuélvelo con agradecimiento y con el mismo amor. Tus padres y ancestros, donde sea que estén, estarán fascinados de que hagas tu propia vida.

Karma y Dharma

¿Alguna vez has escuchado el término karma y dharma? El karma es una especie de poder divino que te premia o te castiga según las acciones que hiciste en esta o en vidas anteriores. Pienso que, por ejemplo, esas repeticiones que vemos en las familias o en nuestras propias vidas podrían ser un karma.

El dharma, en cambio, es un deber, un objetivo o camino asignado que debes cumplir en tu vida.

Para mi forma de ver, podemos transformar nuestros karmas en Dharmas. Pero si hay un castigo que se repite, sería tu deber transformarlo. En mi caso por ejemplo mi karma podría ser el suicidio que ha aparecido durante varias épocas en mi vida y el dharma sería que en lugar de victimizarme y quedarme en el sufrimiento, escribí un libro sobre el suicidio de mi hermano contando mis experiencias de cómo logré sanar, el cual cuenta con ejercicios que pueden ayudar a otros en su proceso.

De esta manera, este dolor se convierte en aprendizaje y, a través de la consciencia, podemos trascender. El dharma para mí es aceptar e interiorizar algo no reconocido dentro de la familia y ayudar al árbol genealógico y a sus nuevas generaciones a hacer consciencia y liberar.

Magia

¿Crees en la magia? Para mí, claro que existe. Todos los días sucede magia en nuestras vidas. ¿Cuándo tenemos la suerte de tener un hijo, mirar cómo una personita va creciendo en nuestro vientre, nace y se fusiona a?, y tú a ella de forma incondicional… Eso es pura magia. ¿Cuándo miras un atardecer mágico y sientes un amor inmenso hacia ti mismo y hacia los que te rodean?, Eso es magia.


Cuando vives cerca de tus mascotas y te das cuenta de que a veces no hace falta pronunciar palabras porque te entiendes a través del amor y la intuición, eso es magia. Cuando estás casada con alguien a quien amas, y la magia hizo lo posible y hasta lo imposible para que así suceda. Cuando piensas en alguien a quien extrañas, en segundos esa persona aparece frente a ti o te llama. Cuando necesitas un abrazo de mamá que ya no está y recibes una frase en una red social que solo ella diría o escuchas en la radio su canción favorita en forma de su abrazo. Eso es pura magia.

La magia existe. Para mi forma de ver no existen las coincidencias… existe la magia de los sincronismos y de las Diocidades.

El Perdón

Cargamos durante años con traumas que nos carcomen y no podemos sacar ni perdonar, y después no entendemos por qué las cosas no funcionan en la vida. ¿Cómo podemos tener una pareja en paz si vivimos con un enorme resentimiento hacia nuestros padres? ¿Cómo podemos ser felices si vivimos quejándonos de lo mal que nos fue en la niñez, victimizándonos y echándole la culpa de todo a otros?

¡Qué bien se siente perdonar! Nos quitamos una carga gigante de los hombros, dejamos a un lado la cruz que llevamos durante años y nuevamente podemos sentir paz interior.

El perdón te libera, pero debe ser un perdón real. El perdón al que estamos acostumbrados es el perdón que juzga y que no olvida. “Te perdono, pero creo que lo que hiciste estuvo mal”. Eso no es perdón, eso es inflar más al ego. “Yo tengo la razón, tú estás equivocado, yo soy la víctima herida, tú eres el pecador, el culpable, pero soy tan bueno que te perdono a pesar de que hiciste algo muy malo”. El perdón verdadero disuelve las creencias y logramos ver a la otra persona inocente porque actuó desde su conciencia pensando que lo que hacía era algo positivo. 

Soltar

¿Por qué es tan importante soltar? Antes hay que contestar: ¿por qué nos cuesta tanto soltar? Pero desde pequeños lo más importante que tenemos es el apego hacia nuestros padres. No podemos soltarlos porque sin ellos no logramos sobrevivir.

Van pasando los años y llega un punto en el que ya podemos vivir solos. Sin embargo, el apego sigue ahí porque de niños tuvimos miedo en algunas ocasiones a quedarnos solos, a que mamá y papá no nos quieran, a que no nos vean, a no ser importantes, a no ser suficientes. Entonces estamos aferrados a estas creencias que formamos en la niñez y nos aferramos a las personas, a las mascotas, a las cosas, a los trabajos, a nuestros hobbies. Porque creemos que son básicos para nuestra supervivencia y no queremos perder.

Y ahora sí: ¿por qué es tan importante soltar? Porque si no soltamos, vamos a vivir en el control, en el miedo a perder, aferrados a algo, con la ilusión de que podemos controlar. Y ¿de verdad podemos controlar? Ni siquiera podemos controlar lo que pasa en nuestro interior. Si, ahora te digo: “No pienses en el color rojo…” ¿Pensaste en el color rojo, verdad? Podemos mirar los pensamientos, mirar las emociones, soltarlos, transformarlos, pero no controlarlos. Si no podemos controlar nuestro interior, menos vamos a poder lo que pasa en el exterior.

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